martes, 8 de diciembre de 2009

Realidad Nacional: La Crisis


La realidad nacional nunca ha dejado de ser crítica, en uno o en otro sentido, y con mayor intensidad o menor; pero hoy la crisis se nos filtra desde afuera, directa e indirectamente, y hay momentos que parece que se disminuye como sí ya fuera a detenerse. Pero bajan las exportaciones, hay menos remesas, y el sistema bancario disminuye su asistencia. Esto sumado a la deficiencia de nuestra economía, hace que los problemas se hagan cada vez más grandes y que nuestra propia sociedad tenga un retroceso o un retraso progresivo.

Lo que sí es cierto es que a pesar de todo lo anterior, el proceso político viene funcionando mejor (aunque esto pueda sonar, un poco fuera de contexto) porque después de 1992, cuando pasamos a un estado de post-guerra no ha habido aparentemente ningún quebrantamiento alarmante de la democracia.

Acabamos de ver una alternancia en el ejercicio del poder, un gran paso democrático por la misma historia política de nuestro país. Sin ninguna de las amenazas que se pretenderían hacer durante la campaña electoral.
La realidad política de estos momentos surgió de un acuerdo y no entre oponentes sino entre “enemigos”, la lógica misma nos dice que desencadenan muchos más, formando una columna vertebral.

Hoy, la crisis misma nos pone al descubierto la necesidad verdadera de todos los niveles de la realidad nacional, no sólo en el ámbito político, social o económico.

Toda crisis, de cualquier tipo que sea, tiende a convertirse en una escuela que surge lentamente; y cuando la crisis es como esta, ni se diga. La crisis puede ser amenazante, pero a la vez puede llegar a ser útil y eficaz para reparar los desperfectos de la sociedad, ya no se puede eludir la necesidad de que el país se mire a sí mismo como un mismo individuo. No solo satisfaciendo el egoísmo de un sector poderoso, pero a la vez minoritario que trata de hacer un imperio en donde la base está débil y exige de todos para ser construida.

El reto es bastante grande, porque es de lograr resultados concretos con menos recursos. Sobre todo en este momento en que la inseguridad es una de las mayores preocupaciones. En la abundancia o en la decadencia siempre existe el despilfarro de recursos y en esta crisis económica debemos enfrentarla con creatividad y tomando en cuenta el déficit de nuestro país para trazar una línea que nos lleve a la mejora de la sociedad.

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